Lo primero es definir qué tipo de iluminador quieres utilizar, líquido, crema compacta o polvo.
Si lo usas líquido o en crema debes aplicarlo antes de matizar con polvos, y si prefieres el iluminador en polvo será luego de matizar.
Otra cosa importante es fijarse en el tono que eliges, para las pieles blancas no es tan complicado usando 1 o 2 tonos más claro que tu piel ya es suficiente. Pero las pieles morenas deben cuidar de no utilizar iluminadores que sean de la gama de los rosas y que no sean muy claro porque podría producir un efecto gris en tu piel y verse como una mancha.
Ahora la pregunta del millón, ¿Dónde se pone el iluminador? O quizás es mejor preguntar, ¿donde no se pone por ningún motivo ?
Las zonas que no queremos darle volumen ni atraer la mirada hacia ello. Por lo tanto las bolsas de los ojos es una parte donde NUNCA debemos iluminar, porque esto haría sacar aún más la bolsa y sería fatal para tu maquillaje y aspecto.
Lo claro, la luz, da volumen por eso el iluminador lo utilizaremos en las zonas que queremos darle más volumen o amplitud o llamar levemente la atención hacia esos puntos.
La zona del pómulo es la más clásica, debemos aplicar sobre el hueso, sin pasar a la ojera ni la bolsa, y difuminar hasta que los cortes se integren al tono de la piel.
El lagrimal también es muy utilizado, pero para las personas con los ojos algo separados no es recomendable, porque la luz en el lagrimal le daría más amplitud aún entre los ojos.
Bajo la ceja es un punto que debemos iluminar también.
Si tienes problemas de frente estrecha o barbilla corta también puedes aplicar un poco de iluminador de manera lateral y por abajo respectivamente.
El buen uso del iluminador te ayudara con tu maquillaje para que resaltes tus rasgos y sigas luciendo natural.
Hasta la próxima.
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